martes, 9 de julio de 2013

MARIAN Y ANTONIO EN PORI, FINLANDIA


Después de un año enviando curriculum, haciendo entrevistas y esperando con mucha ilusión, logramos entrar en el EVS. Ya ha pasado un mes desde que llegamos a Pori, Finlandia, y todas las noches nos acostamos felices sintiéndonos muy afortunados de vivir lo que estamos viviendo

 


 

Para empezar, os contaremos brevemente cual es nuestra función. Por un lado colaboramos en una “Youth House” de un barrio de las afueras de Pori , donde nuestra actividad fundamental es organizar juegos físicos a los chavales de entre 8 años  a 16 años. Por ahora hemos organizados “pachangas” de frontón, partidos quemados, pañuelo, beisbol, vóley, juegos populares españoles, futbol tres, etc.



 

Por otro lado, somos los encargados del sport club y estamos creando un equipo de vólley amateur con refugiados de Irán,  Afganistán y Pakistán del cuál nos sentimos muy orgullosos ya que el nivel que han cogido en un mes nos sorprende gratamente, volviéndose cada día más interesantes y divertidos los partidos.

 


El resto del tiempo lo dedicamos ha organizar actividades y estar con otros voluntarios de nuestra ciudad o con la gente de los campos de trabajo, la verdad es que ya acumulamos muy buenos momentos con todos ellos.

 

Esto es una aventura, donde conocer muchísima  gente de un montón de sitios, ayudar a otras personas en el proyecto que estamos implicados, no parar de viajar, reír, aprender de diferentes mundos y sorprenderte constantemente es nuestro día a día. Es una experiencia muy recomendable, si os estáis planteando solicitar el EVS, os animamos a que la viváis.

 

Hasta otro post! Y en el siguiente os contaremos cosas curiosas de los finlandeses!!

Feliz Verano y disfrutar del calor, que aquí se le echa de menos!

 

 

Marian y Antonio.

jueves, 4 de julio de 2013

ANA EN MARBURG (ALEMANIA)




Después de un tiempo de reflexión tras los estudios buscando trabajo en vano, después de intentar encontrar durante demasiado tiempo un hueco en el mundo... ¿por qué no probar con un cambio radical de aires, ahora que estamos a tiempo? ¿Por qué no buscar un sitio donde pueda ser útil y a la vez adquirir conocimientos y experiencias inolvidables? Pues así me lo planteé  un día y así de pronto ocurrió, gracias a la oportunidad de EVS. ¿A dónde? Pues....venga, a un sitio que no conozca ni la cultura, ni la lengua, ni la gente, ni los lugares...Ya que nos proponemos hacer algo totalmente diferente, pues vamos a empezar de cero y vayamos a descubrir, a la aventura y a aprender. Pero tampoco un sitio demasiado lejos, una cosa que esté bien, que permita cogerse un tren para casa por navidad o que no sea tan difícil adaptarse...mmm... ¿qué tal...Alemania?


 




 
 
 
 

Ante todo, investiguemos un poco lo que conocemos de este país y contrastémoslo con las cosas que llevo viendo desde hace un mes que aterricé en esta pequeña ciudad universitaria cerca de Frankfurt.

¿Aquí se bebe mucha cerveza? Oh yeah, y de muchas clases, buenísima, rubísima, grandísma ( aquí nada de tercios, el zumo de cebada se sirve en buena cantidad) pero eso sí...algo más caliente que en España. Es decir, no se sirve del tiempo (a no ser que la pidas, cosa que no es tan rara) pero le falta ese punto de refrescor que tanto alivio nos da en verano cuando nos vamos a la Tejares. Aún así, refrescante y sabrosa, aunque también, algo más cara.

 
 

 
 



¿Los alemanes son cuadriculados al extremo? No siempre. Al menos, en donde yo presto mis servicios de voluntaria, las cosas van con calma y me dan mucha autonomía. Será porque así son los artistas, será porque en verano la cosa está más tranquila...o precisamente por el clima, ya que ha comenzado el calor después de una larga temporada de lluvias (me he traído el sol desde España, me dicen de vez en cuando). Por eso, aunque me parecía impensable, he cogido un color moreno en los bracetes, porque a cada oportunidad la gente insiste en sentarse al sol, comer al sol, dormir al sol, pasear por el sol.  Aprovechan el astro rey hasta la saciedad, como si no hubiera un mañana soleado. Resultado: Yo negra, ellos cangrejos coloraos. Sin embargo, hay que tener cuidado, porque el tiempo es muy voluble. Empieza con fresco por la mañana, calor al mediodía, fresco por la tarde, luego calor de nuevo, después lluvia torrencial...no hay que fiarse del Deutsch Wetter , así que nunca está de más llevar un paraguas contigo si ves que el tiempo no te convence cuando sales de casa. Por supuesto que la ley de Murphy está ahí para que cuando vayas cargada con el paraguas haga un solano digno de Almería, y cuando no lo lleves encima te pille el monzón asiático...como le pasó a una servidora que salió un día a pasear en chanclas toda confiada y volvió a casa hecha una sopa.

            El caso, que la gente en general es amabilísima. Con mi alemán súper básico muchas veces no consigo hacerme entender, pero por lo general la gente en las tiendas siempre te dedica una sonrisa de comprensión y te habla en inglés, o si no lo sabe, es paciente contigo y te intenta indicar lo que debes hacer.

            ¿Comen muchas salchichas? Pues sí, aquí hay de muchas clases y la toman bastante, entre otras cosas porque es un snack barato y rápido. En los supermercados, la comida es un poquito más cara que en España, pero ya he chequeado dónde algunas cosas son más baratas y allá voy con mi bolsita traída de casa, porque aquí son unos obsesos del reciclaje...cuidado que alguien te vea tirando algo de plástico o papel donde no es o tirando bolsas por ahí...en eso sí que son cuadriculados, pero es algo loable porque tienen conciencia de lo importante que es. Por esto también, olvidé decir, que hay muchas cosas caras en los supermercados porque son productos biológicos y eso está muy bien para cuidarse el cuerpo, aunque por regla general la gente por la calle come bastante fast food. En los restaurantes, precisamente por ser ciudad estudiantil, puedes comer por un precio muy asequible.

            Terminaré este post, que ya va siendo hora, comentando algunas cosas de dónde habito: Mi habitación pertenece a una casa centenaria en una de las calles más típicas y céntricas de la ciudad. Una preciosidad de paseo, sinceramente. Marburgo no fue bombardeada durante la guerra, y por eso conserva todas estas estructuras originales de casas medievales, el castillo y la iglesia de Santa Isabel, el primer centro de peregrinaje en suelo alemán. Os dejo una foto de la vista para que os hagáis una idea...y os de un poquito de envidia! Küss und bis später! (Un besico y hasta luego)

 

 

Ana