Las comparaciones son odiosas,
pero cada parte tiene su lado positivo.
Laranjeiro-Lisboa: vivimos y
trabajamos en Laranjeiro, a apenas a 12
km de Lisboa, en transporte público se
podría pensar que es nada y que es hasta mejor que vivir en la capital. Pero
vivir al otro lado del rio Tajo, con lo bonita que es Lisboa, y lo complicado
de coordinar los transportes, en ocasiones es difícil. Aun así, cruzamos el rio
cada semana para quedar con nuevos amigos, conocer la ciudad, ir a eventos
culturales o simplemente pasear por Lisboa. Eso sí las mejores vistas de Lisboa
las tenemos en este lado del rio, la panorámica desde el Cristo Rey es genial.
La segunda comparación:
portugués-portuñol. Las clases de portugués van despacio pero seguras, para
alguien español es fácil seguirlas y entender conversaciones sencillas después
de casi tres meses aquí. El oído se va acostumbrando. Pero hablarlo y
escribirlo es otra historia. Como publicista ya me encargo de las redes
sociales de la asociación (las redes sociales son unos de los principales
recursos con los que cuenta una asociación como Rato-ADCC y tenemos que sacarle
todo el partido que podamos, aunque aún queda mucho por aprender) y de escribir
alguna noticia, y claro las actualizaciones tienen que ser en portugués y ahí
es donde empieza lo divertido. La gramática, la construcción de frases y
oraciones, es relativamente parecida al castellano, son lenguas que vienen del
latín, y el vocabulario lo buscas fácilmente en el diccionario, pero las
preposiciones son otra cosa, ahí es donde necesito que mis compañeros de la
oficina me corrijan lo que escribo. Como decían de pequeños despacito y buena
letra.
Y cuando intento hablar ahí es
donde verdaderamente aparece el portuñol. Esa mezcla de portugués y español,
con acento fuerte de la otra parte de la península y también con algo de
valenciano, que no sé porque me recuerda más al portugués y cuando no sé alguna
palabra pruebo con algo que suene a valenciano (aunque tampoco lo hablo). Una curiosidad
ahora que digo tampoco, en Portugal se dice “también no” também não,
en lugar de tampoco.
Echando de menos el queso
manchego, además de a la familia y amigos, sigo trabajando y aprendiendo en el
país vecino, al otro lado de la Península Ibérica. Saludos!