martes, 2 de septiembre de 2014

SVE EN LA REPÚBLICA CHECA


 
Mi nombre es Raquel y soy una joven albaceteña que está a 20 días de terminar su SVE (Servicio de Voluntariado Europeo) en la República Checa, concretamente en Náchod, una ciudad de 21 mil habitantes al nordeste del país.

Empezaré contándoos cómo fue mi llegada, que no podía ser otra que con la maravillosa experiencia de perder mi avión, si, así es, un 2 de septiembre en Madrid, sin teléfono y sola. Gracias a que tengo una familia y unos amigos estupendos, conseguí alojamiento y pude comprar billete para el día siguiente. Ya por fin a día 3 conseguí montarme en ese enorme aparato que me llevaría a comenzar una nueva etapa de mi vida.


Por fin llegué a Praga y allí me esperaba un chico un tanto peculiar, mi experiencia anterior con gente checa había sido con personas más o menos “serias” pero el factor último día de exámenes y adolescente todo junto ya os podéis imaginar, el resultado era un chico de unos 2 metros saltando, gritando y con mi nombre escrito en naranja fosforito en un folio. Él me ayudó a llegar a la estación de autobuses.

Al llegar a Náchod me esperaba mi coordinadora con cara de adoración y amor infinito hacia mi persona por haberle hecho perder un día (notar la ironía) pero he de decir que ahora se ha convertido en alguien a quien adoro y que me adora, nuestra relación no podría ser mejor. Directamente me llevaron a conocer a los que iban a ser mis compañeros, 2 mesas llenas de gente y todos mirándome, creí morir de la vergüenza.


Durante todos estos meses, han pasado cosas geniales que me han hecho madurar, aprender a vivir por mí misma y sobre todo a valorar las cosas mucho más, si se puede, de lo que las valoraba antes, a darme cuenta de lo insignificantes que son algunas cosas y de lo que se puede llegar a echar de menos hasta el caminar por las calles por las que siempre me muevo por Albacete
 

 


 

 


 

He de decir que los primeros días fueron un poco desconcertantes, algo muy normal. No conoces a la gente con la que estás conviviendo, el idioma no hay por donde pillarlo y que mi nivel de inglés por aquellos entonces no es que me permitiera mucho el tener conversaciones con cualquier individuo no ayudaba. Pero poco a poco todo esto fue cambiando, los que por entonces éramos extraños, empezábamos a convertirnos en una pequeña “familia”, el idioma seguía siendo imposible, eso no ha cambiado mucho ni después de 1 año, la comunicación era ya fluida entre todos y empecé a disfrutar de todo lo que pasaba a mi alrededor.
 

En todo este tiempo que llevo aquí he hecho mil cosas; viajar por la Republica checa conociendo sitios preciosos, disfrutando de los paisajes y degustando las comidas típicas. También he tenido la oportunidad de viajar a Polonia, si se puede llamar viajar a coger un autobús a 10 minutos de casa y viajar otros 15 más para llegar al pueblo de al lado, sí, podría ir incluso andando a Polonia. Mi trabajo me permitió conocer gente de más o menos mi edad con lo que pronto conseguí hacer amigos, algo que es genial cuando estás sola en un país nuevo. Éste consistía en; asistir como nativa a un instituto en las clases de español con gente de entre 16 y 19 años, trabajar como profesora de baile en el centro joven, ayudando en las discotecas para adolescentes que se organizaban 1 ó 2 veces al mes, ayudando como monitora en los “dance weekend” e impartiendo workshops. También he trabajado en lo que aquí llaman Atelier, que si lo traducimos al español significa Taller, allí ayudaba con la preparación de actividades para niños, fabricábamos la decoración del centro joven y hacíamos mil manualidades, para ser sincera me he hecho súper fan de ellas. Por último, también participé en casi todas las actividades que el centro joven preparaba para niños o para promover el centro. Hemos tenido desde competiciones de danza del vientre hasta cuentacuentos para los más peques, cosa que para mí era un poco complicada por aquello de que tenías que hablar en checo y a pesar de tener clases todas las semanas no he llegado a pillarlo del todo.

Cosas curiosas que me llevo a casa de la Republica Checa y de los checos es su amor por la naturaleza y el deporte, haga frio o calor ellos cogen bicicleta ¡y a la montaña! Pero no podría estar más contenta, ahora creo que me he vuelto un poco como ellos, me encanta el aire fresco, el subir a una montaña y querer morir después porque me falta el aliento o el levantarme una mañana y coger bici e irnos todos al pueblo de al lado. Otra cosa, es la cantidad de cerveza que beben, es una animalada, aquí no solo es que la vendan a 80 céntimos medio litro, es que ellos mismos dicen que para beberse 2 no les merece la pena, que por lo menos se tienen que beber 8, ¡OCHO!, eso son 4 litros de cerveza, una locura. Por otro lado está la comida, diferente a más no poder a la comida española, aunque para ser sincera, a mí me gusta. Nunca les falta un plato de sopa como entrante y lo más típico aquí son las gulash, una especie de guiso de carne con Knedlík, lo que nosotros podríamos entender como un tipo de pan. Sus comidas se basan un 99% en platos que contienen carne, no pueden vivir sin ella.


También han habido momentos duros que me han hecho plantearme el volver a casa o incluso, estando allí, quedarme y no volver. Como la muerte de mi perro o lo peor de que le puede pasar a alguien estando fuera de casa que es el fallecimiento de un ser querido, en mi caso mi padre. Pero siempre he tenido el pensamiento de que si puedes solucionar algo, quédate, sino sigue con tu vida y sé fuerte. Pensamiento que me ha hecho darme cuenta de lo emocionalmente fuerte que soy y de lo que me han hecho madurar todos estos meses a 2.370 km de casa.

Podría seguir llenando páginas y páginas de estos 12 meses aquí pero creo que por ahora es suficiente.

Espero que hayáis disfrutado leyendo este pequeño trozo de mi experiencia y que os haya ayudado un poco a tener una idea de lo que se puede vivir en un SVE.

Un abrazo y nos vemos pronto J

Ahoj!

 

Raquel.

lunes, 26 de mayo de 2014

MOI MOI SUOMI!


 

 

Ha pasado un año desde que nuestra aventura finlandesa empezó y parece que haya sido ayer. Hemos vivido experiencias que quedarán en nuestra memoria para siempre, que nos han cambiado y enseñado, experiencias que nos cuesta creer que hayamos tenido la suerte de vivir.

 

Ya que no teníamos mucho tiempo para escribir y no sabéis mucho de nosotros haremos un resumen de nuestro año y con esto esperamos que otros albaceteños se animen con el voluntariado europeo.

 

Nuestra organización era NuoriPori2100. Esta organización se encarga de dos centros juveniles, un teatro de marionetas y de un grupo de refugiados de Afganistán, Irán y Pakistán, entre otras actividades que surgen de un día para otro. Nuestra actividad principal ha sido el volleyball con los refugiados. Durante todo el año hemos jugado casi todos los días con los niños y dos días a la semana con los adultos, enseñándoles poco a poco como buenamente podíamos. Ahora se ha convertido en su forma de pasar su tiempo libre, les encanta y cada vez quieren jugar más. Gracias a ese tiempo juntos hemos aprendido muchísimo sobre ellos, su cultura y como es ser refugiado en otro país tan diferente al suyo.

 


Volleyball con los niños.

 

Otra de nuestras tareas fue visitar distintas guarderías con nuestras marionetas, fue muy divertido porque el texto era en finés y nosotros solo teníamos que leer y aunque sabíamos más o menos de lo que iba la historia no sabíamos exactamente lo que decíamos pero debía ser gracioso porque los niños se reían un montón.



Teatro de marionetas con el organizador y otros voluntarios.

 

También,  hemos participado en un programa de radio, en el centro de juventud, eventos sobre antirracismo con la cruz roja y en nuestros últimos meses, cuando nuestro inglés lo ha permitido, escribiendo artículos para promocionar nuestro trabajo en la organización. Muchas de esas actividades se convirtieron en nuestro día a día, haciendo nuestra labor una parte fundamental en la asociación.

 

Con respecto al idioma, nos centramos en el inglés dejando un poco de lado el fines, aunque éramos consciente de que era una buena oportunidad para aprender un lenguaje nuevo, debíamos centrarnos en el inglés por motivos laborales. Asistíamos a clase en el centro multicultural con nuestra estupenda profesora, que también era nuestra mentora y que además había sido voluntaria europea en nuestra misma asociación unos años antes. Aunque parezca raro es una de las mejores cosas que nos hemos llevado, sus clases eran geniales y las echaremos de menos.

 

Sobre el alojamiento, nosotros vivíamos en un piso a las afueras de la ciudad a 5 kilómetros de nuestro lugar de trabajo y del centro por lo que todos los días teníamos que coger la bici para ir, cosa que nos acabó encantando, es fantástico montar en bici por Finlandia. Compartíamos piso con los otros voluntarios, unos venían y otros se iban por lo que hemos conocido a gente de Alemania, Turquía, Italia, Hungría, Ucrania y España. En nuestra opinión, creo que es bueno que en un proyecto haya más de un voluntario, nosotros hemos llegado a ser nueve y es mucho más divertido. Creo que en parte, nuestra experiencia ha sido tan buena por esa razón, siempre hay alguien para hablar, compartir experiencias y por supuesto hacer amigos.


Los voluntarios tomando el té en casa de una de las niñas refugiadas (y amiga).

 

Si hay algo por lo que debas participar en el voluntariado europeo es por las oportunidades que te da de viajar, no solo dentro del país donde vayas si no también en el resto de Europa. Por supuesto nosotros viajamos por toda Finlandia, desde Helsinki hasta Laponia. Tuvimos la oportunidad de ver dos veces la aurora boreal, montar en un trineo de renos, andar por un lago helado, hacer muchísimas barbacoas con la típica makkara (salchichas finlandesas), usar la sauna finlandesa con su correspondiente baño post sauna en agua helada, vivir el frío finlandés (llegamos a sobrevivir a -24ºC), ver el otoño con tantísimos colores, bañarnos en verano en la playa de Yyteri (el mar Báltico), disfrutar de los miles de lagos, etc. Pero también, gracias a que aprendimos a viajar economizando, aprovechando el  dinero en lo que de verdad merece la pena, estuvimos en Croacia, Hungría, Republica Checa, Austria y Estonia ¡y todo eso en un año!

 
 


 

Pueblo de Santa Claus, Rovaniemi, Laponia

 

Para terminar, solo decir que es una oportunidad única, es una manera “fácil” de vivir en otro país, de aprender un idioma, de conocer gente, culturas... 

 

Espero que os hayamos ayudado a dar el paso para ser los nuevos voluntarios de Albacete por Europa! ¡No dejéis pasar esta oportunidad!

 

Antonio y Marian.

martes, 7 de enero de 2014

Ahoj!


Hola bloguntarios, me llamo Julián y estoy haciendo mi SVE en Praga (República Checa).
Ya he leido algunas de vuestras experiencias en diversos países, e incluso comparto todas mis impresiones con otros voluntarios que están aquí en Česká republika, y creo que es una de las cosas más enriquecedoras e importantes de todas las actividades; conocer y compartir lo que uno hace y aprende con otros voluntarios. Y en el caso de República Checa se hace saliendo a tomar jedna piva (una cerveza), o varias...
Pero bueno, voy a contaros muy a grandes rasgos lo que he hecho en estos siete meses de un año que voy a estar aquí. Intentaré no decir muchas tonterías y espero que a cualquiera interesado en voluntariados le sea útil.
 

 

También y primero de todo hablar un poco de la compañía donde estoy, "Teatr Novogo Fronta". Es una compañía de teatro físico, que es teatro contemporáneo en el que abunda el lenguaje corporal, coreografías de
 
 

baile y danza contemporánea, acrobacias, máscaras, ambiente carnavalesco, de circo, vestuarios elaborados, recursos mímicos... y poco o nada de narración o donde los personajes hablen, así que es para público de cualquier país porque no importa el idioma.
Un buen ejemplo occidental sería la comedia del arte italiana, y decir también que el teatro físico tiene mucha influencia del teatro oriental.
Esta compañía cumplió en 2013 su veinte aniversario, comenzó entre San Petersburgo (Rusia) y Praga, y hoy en día la dirige Irina Andreeva, que fue su fundadora junto con otro camarada que hoy en día solamente colabora en ocasiones.

Ya al poco de llegar a Praga me incorporé a las actividades de la compañía, porque justo empezaban la temporada de actuaciones y en menos de un mes ibamos a empezar los numerosos y algunos muy largos viajes por diversos países durante todo el verano y principios del otoño.
Sí, sé que es bastante atípico lo de hacer un SVE y apenas estar en el país de acogida, pues han sido unos meses intensos y fuera de Praha.
Las tareas del verano 2013 fueron principalmente conducir un vehículo con remolque en el que viajabamos nueve personas y todo el atrezzo y equipamiento técnico; la directora, la manager, cinco actores, un técnico de luces y otro técnico de sonido que era yo, aunque las tareas para mí también eran aparte conducir, montar y desmontar un escenario en plena calle en cada sitio que ibamos (ver fotos). Más o menos una vida de feriante, excitante y a la vez cansada.





El primer viaje de todos fue el más largo de todos, San Petersburgo, pasando por Jelena Gora en Polonia y al volver Kalisz en Polonia también. Peter creo que es el lugar que más me ha gustado de todos los que he visitado, con sus noches blancas donde nunca se hacía de noche :)
Durante todo el verano hemos actuado también en Transilvania, Slovakia, Alemania, Ukraina, más lugares en Polonia y por supuesto Praga y algún pueblo de República Checa (creo que no me dejo sitios). Paisajes preciosos, buena gente, diferentes costumbres. Por supuesto todos los viajes llenos de situaciones divertidas y también algún que otro percance y problemilla. En cada festival de teatro que participabamos conocíamos gente nueva, aunque quizá ya nunca la volveremos a ver, y más kilometros...

Después de todos los viajes, ahora viene la calma. En estos meses de otoño e invierno hemos actuado en Praga con alguna creación nueva de Irina en un club para la que ¡incluso he creado los paisajes sonoros!. También todos estos meses he realizado varios talleres audiovisuales interesantes, no solamente he aprendido trabajando y viajando.
Ahora tambien estoy recibiendo las clases de checo, que lo veo un idioma complicado.

De momento poco más, aunque pasan tantas cosas en estos meses que ahora yo leyendo esto es como que no hay nada, así que lo mejor que puedes hacer si piensas hacer un voluntariado es lanzarte y vivirlo tú mismo, siempre habrá buenas cosas y será algo diferente.

Un abrazo y a pasarlo bien.